domingo, 7 de noviembre de 2010

Cantar, oh dioses. Poema de Quevedo.


-Cantar, oh dioses,

si sus oidos nos prestaran y la música fluyera

cual cauce, manantial de agua ligera

que fluye entre los dedos de las manos

-Dejar las notas áridas, al menos

para que en la voz crezca la quimera

y entre sonidos, la verdad postrera

se haga presente entre los ojos canos

-Más, qué estremecimiento nos agita

cuando la melodia se nos muere

para dejar de lado lo sublime

-Será que el corazón la luz evita

-Será que no sabemos a quien quiere

-Será que por gemir, al cantar gime.
Fotografía de Josefina Carrascón Garrido.

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